sábado, 5 de julio de 2008

Monasterio de Sant Llorenç del Munt

Sant Llorenç del Munt es un monasterio románico situado en la cima de la Mola, dentro del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac, entre las comarcas catalanas del Bages y el Vallés Occidental (España).


Existen datos que hacen referencia a la existencia de construcciones dedicadas al culto religioso, como la donación que hizo Borrell II, conde de Barcelona, al abad de San Cugat del Vallés de diversas iglesias de la montaña de Sant Llorenç. Para algunos historiadores ello es una prueba de la existencia de estas construcciones previas; otros creen que se refieren al monasterio y a las diversas ermitas de la montaña. Del año 957 hay otra referencia: dos ciudadanos de Tarrasa, Ansolf y su mujer Rímula, hacen donación, a "la casa de Sant Llorenç, de Santa María y de San Miguel, iglesias fundadas en el monte más alto sobre Tarrasa".
Durante este período de tiempo, la planicie del
Vallés fue invadida en diversas ocasiones por los sarracenos, que provocaron la destrucción y el saqueo de las poblaciones y las iglesias existentes. No obstante, no hay constancia de ataque alguno contra las construcciones que había en la cima de Sant Llorenç del Munt , lo que seguramente ayudó a la consolidación del monasterio i a la construcción de un edificio de más categoría.
La primera referencia formal del monesterio data de 1014, con un escrito en que el conde Ramón Borrell y su mujer hacen una permuta de terrenos con la abadía de San Llorenç.
El monasterio fue habitado de forma continuada por una comunidad de
monjes benedictinos hasta el año 1608, a pesar de que como mínimo hasta el año 1637 hay constancia de la existencia de un sacerdote a cargo del monasterio.
El
30 de marzo de 1808, tropas invasoras francesas del ejército de Napoleón destruyeron gran parte del monesterio y de sus dependencias, profanandose las tumbas de los abades.
Arquitectónicamente, el monasterio es una copia exacta del de
Monasterio de Sant Cugat del Vallés, ya que los promotores de su construcción fueron precisamente monjes de este monasterio.
La iglesia tiene tres naves, con un
transepto en el centro que sostiene el cimborrio bajo los arcos torales. Es, por tanto, un ejemplo de la construcción religiosa catalana del románico. Para la construcción se utilizaron piedras de la misma montaña, de color rojizo. No tiene ningún tipo de lujo en cuanto a ornamentos artísticos. El edificio actual, reconstruido entre el final del siglo XIX y mitad del siglo XX, respeta la estructura original construida en el siglo XI. Esto lo convierte en uno de los pocos monasterios románicos puros existentes en la actualidad.

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